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Un estudio ha descubierto que las personas que se resisten a sus emociones negativas son más propensas a experimentar estrés, mientras que las que aceptan sus estados de ánimo más oscuros se sienten mejor.
«Descubrimos que las personas que aceptan habitualmente sus emociones negativas experimentan menos emociones negativas, lo que se traduce en una mejor salud psicológica», afirma Iris Mauss, profesora asociada de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.).
Los investigadores comprobaron la relación entre la aceptación emocional y la salud psicológica en más de 1.300 adultos.
Descubrieron que las personas que suelen resistirse a reconocer sus emociones más oscuras, o las juzgan con dureza, pueden acabar sintiéndose más estresadas psicológicamente. Por el contrario, los investigadores señalaron que las personas que suelen permitir que sentimientos sombríos como la tristeza, la decepción y el resentimiento sigan su curso presentan menos síntomas de trastornos del estado de ánimo que los que los critican o los alejan, incluso después de seis meses.
«Resulta que la forma en que abordamos nuestras propias reacciones emocionales negativas es realmente importante para nuestro bienestar general», afirmó Brett Ford, profesor adjunto de la Universidad de Toronto (Canadá).
«Las personas que aceptan estas emociones sin juzgarlas ni intentar cambiarlas son capaces de afrontar su estrés con más éxito», dijo Ford.
Los investigadores llevaron a cabo tres estudios distintos en varios grupos, tanto en el laboratorio como en Internet, y tuvieron en cuenta la edad, el sexo, la situación socioeconómica y otras variables demográficas.
En el primer estudio, más de 1.000 participantes rellenaron encuestas en las que calificaban su grado de acuerdo con afirmaciones como «Me digo a mí mismo que no debería sentirme como me siento».
Los investigadores descubrieron que aquellos que, por regla general, no se sentían mal por sus emociones negativas mostraban mayores niveles de bienestar que sus compañeros menos aceptantes.
En el segundo estudio, se encargó a más de 150 participantes que pronunciaran un discurso de tres minutos grabado en vídeo ante un panel de jueces como parte de un simulacro de solicitud de empleo, promoviendo sus habilidades comunicativas y otras cualificaciones relevantes. Tenían dos minutos para prepararse.
Tras completar la tarea, los participantes evaluaron sus emociones sobre la prueba. Los investigadores descubrieron que el grupo que suele evitar los sentimientos negativos manifestó más angustia que sus compañeros más tolerantes.
En el último estudio, más de 200 personas escribieron un diario sobre sus experiencias más gravosas durante un periodo de dos semanas. Cuando se les encuestó sobre su salud psicológica seis meses después, los diaristas que solían evitar las emociones negativas presentaban más síntomas de trastorno del estado de ánimo que sus compañeros no críticos.
