Y luego vienen las mariposas. La euforia. Una emoción intensa. Empiezas a pensar que es el elegido.
El amor es uno de los fenómenos más estudiados en prácticamente cualquier materia, y sin embargo, la gente sigue sin conocer una buena parte de su magia. Reducir la definición de esta poderosa palabra a unas pocas frases parece imposible, pero eso no nos ha impedido intentarlo durante siglos.
La investigadora Helen Fisher abordó la definición biológica. Estaba interesada en saber cómo afecta el amor a la actividad cerebral, así que en 2005, Fisher y sus colegas pusieron en una máquina de IRMf a estudiantes universitarios que se habían autoidentificado como «locamente enamorados». Fisher descubrió que el núcleo caudado, una región del cerebro asociada a la detección de recompensas, las expectativas y el aprendizaje -en concreto, cómo las experiencias pasadas afectan a los comportamientos futuros- se iluminaba cuando se mostraba a los estudiantes imágenes de sus amantes. Sin embargo, otra sección del cerebro, el área tegmental ventral, también mostró actividad. El área tegmental ventral, como se denomina, desempeña un papel importante en el circuito de recompensa del cerebro: Envía la dopamina, un neurotransmisor muy relacionado con el placer, al núcleo accumbens. Lo más interesante es que este circuito es primitivo, lo que significa que el amor romántico es a la vez evolutivamente antiguo e increíblemente adictivo.
Otras sustancias químicas también están asociadas al amor. Las hormonas del estrés, el cortisol y la adrenalina, aumentan y provocan la aceleración de los latidos del corazón, el sudor de las palmas de las manos y la ansiedad relacionada con ver a la otra persona. La serotonina disminuye, lo que provoca sentimientos de locura: lo único que puedes hacer es pensar en esa persona. Cuando la pasión inicial del amor se desvanece, entran en juego la oxitocina y la vasopresina, que crean sentimientos de apego que producen relaciones a largo plazo.
Aunque es una explicación completa del amor, la definición biológica sólo ha aparecido en los últimos años gracias a los avances de la ciencia y la tecnología. En siglos anteriores, la gente tenía que hacer deducciones sobre lo que era el amor basándose únicamente en la experiencia.
Las definiciones filosóficas del amor se remontan a la antigua Grecia. Estos filósofos separaban el amor en cuatro tipos: storge (amor afectivo), philia (amistad), agape (amor espiritual) y eros (amor apasionado). La idea de un «amor único» surgió con Platón. Él creía que el alma estaba originalmente dividida en dos, una mitad tomando la forma física de un hombre y la otra de una mujer. Nuestro destino es reunirnos con nuestra llamada «llama gemela», y no hay nadie más en el mundo destinado a nosotros. Gran parte de los medios de comunicación populares actuales, especialmente la industria cinematográfica, tratan sobre la búsqueda del amor verdadero. Un argumento cree que esto da a la gente una imagen poco realista del amor, mientras que otro cree que hace que la búsqueda sea más romántica; en cualquier caso, la idea de Platón sigue siendo controvertida hasta el día de hoy.
Por otra parte, Sigmund Freud fue uno de los primeros psicólogos en examinar el amor. Su famosa teoría del complejo de Edipo proponía que los niños varones se sentían atraídos sexualmente por sus madres y deseaban la muerte de sus padres. Las niñas desarrollan algo similar por el padre opuesto, llamado complejo de Electra. Su trabajo fue muy controvertido y se descartó en gran medida -nadie quiere pensar que los niños son sexuales e incestuosos-, pero Freud fue increíblemente importante a la hora de establecer una base psicológica para el amor. Algunas personas creen ahora que una versión de estos complejos es la razón por la que las personas tienden a casarse con parejas similares a sus padres del sexo opuesto.
La jerarquía de necesidades del humanista Abraham Maslow ofrece una definición diferente. Maslow identifica el amor como una necesidad humana después de las necesidades fisiológicas (comida y agua) y las necesidades de seguridad (seguridad y estabilidad). Esto podría explicar por qué las personas deciden permanecer en sus relaciones aunque ya no estén enamoradas. Ha habido muchos casos de adultos que están juntos sólo «por los niños» o porque no tendrían solvencia económica después de un divorcio. El punto de vista de Maslow cambia la definición de una relación y argumenta que el amor no es la principal prioridad cuando la seguridad está involucrada.
Independientemente de su definición, todas las personas reconocen que el amor es algo muy real que se manifiesta a diario a través de acciones tanto grandes como pequeñas. Nuestra sociedad está obsesionada con el amor, y mientras la gente lo experimente, trataremos de definirlo.