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La pérdida de sueño de una persona puede estar relacionada con su probabilidad de reaccionar emocionalmente ante una situación de estrés.
Este es uno de los hallazgos recientes incluidos en un nuevo libro, Sleep and Affect: Assessment, Theory and Clinical Implications, coeditado por un profesor de psicología de la Universidad de Arkansas y su antiguo estudiante de doctorado. El afecto es un término psicológico que describe una amplia gama de experiencias emocionales.
«En nuestro estudio, queríamos averiguar si había una relación entre la pérdida de sueño y nuestra respuesta emocional», dijo Matthew T. Feldner, profesor de psicología en la Facultad de Artes y Ciencias J. William Fulbright. «Vimos que si una persona perdía una noche de sueño respondía con más emoción a un ‘estresor’ de laboratorio. Este hallazgo amplió trabajos anteriores que habían relacionado la pérdida crónica de sueño con la ansiedad y los trastornos del estado de ánimo.»
Feldner coeditó Sleep and Affect con Kimberly A. Babson, especialista en ciencias de la salud del Centro Nacional para el Trastorno de Estrés Postraumático de Menlo Park, California. Babson se doctoró en psicología clínica en la Universidad de Arkansas.
Sleep and Affect (El sueño y el afecto) resume la investigación sobre la interacción entre el sueño y varios componentes de la emoción y el afecto que están relacionados con los trastornos del estado de ánimo, los trastornos de ansiedad, el trastorno bipolar y la depresión.
«Uno de los temas que surgieron en estos capítulos es que ciertos componentes de la emoción parecen estar particularmente vinculados al sueño», dijo Feldner. «Lo que llamamos ‘factores de estrés’ tienden a ser más excitantes emocionalmente para las personas que no han dormido bien, y la excitación emocional también parece interferir en la calidad del sueño».
Babson realizó estudios sobre el sueño y sus efectos en la Universidad de Arizona gracias a una beca de formación en investigación de los Institutos Nacionales de Salud. Esa investigación estimuló su interés y el de Feldner en un libro que sintetiza las últimas investigaciones sobre las interrelaciones entre el sueño y el afecto.
«Presentamos esta información de forma que ayude a los médicos a evaluar tanto los problemas de sueño como los relacionados con la ansiedad o el estado de ánimo, cuando un paciente busca tratamiento para uno de ellos y quizá no para el otro», dijo. «Al mejorar el sueño, podríamos mejorar nuestros tratamientos para los problemas de ansiedad».
Este libro también incluye los últimos descubrimientos de la neurociencia relacionados con la pérdida de sueño. Parece que hay efectos de la pérdida de sueño en el funcionamiento del circuito de regulación emocional del cerebro, dijo Feldner.
«Algunas de las estructuras neurobiológicas que creemos que están implicadas en la regulación de las experiencias emocionales o afectivas no parecen funcionar igual después de perder el sueño que cuando estamos totalmente descansados», dijo.
