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Es probable que muchas personas hayan oído el término «psicología positiva», pero saben poco sobre lo que significa en la práctica. El objetivo de la psicología positiva es encontrar formas de mejorar la vida de las personas y garantizar que sean lo más saludables posible desde el punto de vista mental.
Establecida oficialmente en 1998, la psicología positiva es un campo relativamente nuevo. Rápidamente se ha hecho popular entre los investigadores, y los blogs sobre la felicidad y el bienestar son ya habituales.
La psicología positiva sugiere que librarse de la enfermedad, la discapacidad, la depresión, la delincuencia y los demás problemas de la vida es importante, pero no suficiente. Las personas deben ser capaces no sólo de sobrevivir a la vida, sino de prosperar y disfrutar de ella. Las intervenciones positivas se introducen en las escuelas y los lugares de trabajo para ayudar a las personas a sentirse bien y ser más productivas.
Énfasis en la prevención de los problemas de salud mental
Los problemas de salud mental están aumentando en Australia. Alrededor del 20% de la población australiana está diagnosticada con una enfermedad mental, mientras que la depresión es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo.
El enfoque típico para tratar las enfermedades mentales consiste en esperar a que la persona muestre signos de trastorno, y entonces proporcionarle tratamiento. Es como llevar el coche al taller cuando deja de funcionar. Pero del mismo modo que muchos problemas del coche pueden evitarse con un mantenimiento regular, la psicología positiva postula que cuidando proactivamente de la propia salud mental, la enfermedad mental puede prevenirse, o al menos ser menos grave.
Al centrarse en la construcción de las fortalezas internas de una persona y ayudar a las personas a reconocer y conectar con los recursos que les rodean, como los amigos y la familia, son más capaces de hacer frente a los desafíos y disfrutar de la vida en su conjunto.
Una forma de poner en práctica este modelo de prevención es enseñar a los estudiantes sobre el bienestar, la resiliencia, las fortalezas del carácter, las emociones, las relaciones sociales y otras habilidades similares.
La educación sobre los traumas fomenta el bienestar de los alumnos procedentes de entornos difíciles. Al desarrollar hábitos saludables desde el principio, esperamos que los estudiantes sean más resistentes en el futuro, aunque se desconoce el impacto a largo plazo de estos programas. Algunos trabajos también aplican las ideas de la psicología positiva a los entornos clínicos para ayudar a tratar la depresión.
Del mismo modo, si se realizan actividades positivas con regularidad, se puede ayudar a desarrollar la aptitud mental y a mantenerse mentalmente sano.
Algunos conceptos erróneos
Una de las principales ideas erróneas es que la psicología positiva es el pensamiento positivo: que si se tienen buenos pensamientos, éstos se producirán. Aunque la psicología positiva sugiere que ser optimista sobre el futuro es beneficioso, las cosas buenas sólo ocurrirán si se hacen cosas activamente para que se produzcan. Lo que importa es lo que la gente hace realmente, no simplemente lo que piensa.
Aunque la psicología positiva se centra mucho en la creación de emociones positivas, como la alegría, el entusiasmo, la satisfacción y la calma, no niega la realidad de las emociones y experiencias negativas. Las emociones forman parte de lo que nos hace humanos. Sin embargo, a menudo existe una tendencia natural a centrarse demasiado en los aspectos negativos de la vida, por lo que resulta valioso cambiar ese enfoque hacia el lado positivo.
La psicología positiva se diferencia de la autoayuda en que utiliza técnicas basadas en una rigurosa investigación psicológica. Se prueban diferentes intervenciones para ver si tienen o no un impacto.
Sin embargo, la psicología positiva no es una bala de plata. Muchas de las intervenciones fueron desarrolladas y probadas por estadounidenses. Puede que estos enfoques no funcionen bien para los australianos o para personas de otras culturas y orígenes.
Todavía estamos tratando de averiguar qué funciona mejor, para quién y en qué condiciones. Todavía hay muchas cosas que no sabemos. Así que ten cuidado con las afirmaciones sobre «formas probadas» de ser feliz.
Cómo practicarla usted mismo
Si quieres aprender a practicar la psicología positiva tú mismo, existen numerosas actividades y herramientas.
Puede ser útil tener una idea de tu propio bienestar como punto de partida. He desarrollado una encuesta que mide tus emociones, tu compromiso con la vida, tus relaciones con los demás, tu sentido y propósito, tus sentimientos de logro y tu salud física. Estos indicadores pueden darte una idea de tu bienestar en diferentes facetas de tu vida.
A partir de esta evaluación, la encuesta también ofrece algunas actividades que puedes realizar para empezar a construir tu bienestar. Al igual que un chequeo médico, puede señalar las áreas en las que podrías querer trabajar.
Conocer y utilizar tus puntos fuertes también está relacionado con un mayor bienestar. La encuesta Valores en Acción puede identificar tus puntos fuertes de carácter, como la creatividad, la curiosidad, el liderazgo, la amabilidad y la inteligencia social.
También puedes cultivar activamente la capacidad de cambiar tu enfoque y perspectiva de forma más constante en una dirección positiva. Por ejemplo, terminar cada día anotando algunas cosas que han ido bien durante el día crea el hábito de notar y apreciar las cosas buenas que suceden. Practicar esto con regularidad puede ayudar a contrarrestar la tendencia natural a rumiar lo que ha ido mal o a preocuparse por el mañana.
También puedes añadir intencionadamente más emociones positivas a tu vida diaria asegurándote de que, cada día, participas en actividades sencillas que te hacen sentir bien.
Cultivar y alimentar las relaciones positivas es esencial para tu salud mental y tu bienestar. Es importante construir y mantener buenas relaciones en tantas facetas de tu vida como sea posible: esto incluye tus relaciones con miembros de la familia, amigos y compañeros de trabajo.
Acostumbrarse a dar las gracias a los demás por las cosas que hacen puede ayudar a construir buenas relaciones. Otra idea es realizar actos amables para los demás. Estas actividades les ayudarán a sentirse bien, a ser mejores amigos suyos y a desarrollar una sólida red de apoyo.
